Gloria tiene la certeza de que Alberto y Ana están juntos, pero tiene que demostrarlo de alguna forma y para ello pedirá ayuda a su hija Patricia, con el fin de hundir los planes de Alberto y hacerse así con el control de las galerías. Sin embargo, esta no será la principal preocupación de Alberto, que ahora debe convencer al famoso diseñador Raúl de la Riva para que, con sus diseños, le ayude a reflotar el negocio. Sin embargo, de la Riva no se muestra demasiado colaborador. Sólo hay una posibilidad de conseguir que el diseñador trabaje para Velvet y ello implica contar con la ayuda de Cristina.
Por su parte, Clara no atraviesa el mejor momento con Pedro. El recadero hace todo lo que puede para contentar a su novia, pero nada es suficiente. La sencillez de él contrasta con las aspiraciones de ella; unas aspiraciones que Mateo sí podría satisfacer…
Mientras, en el taller, Luisa recibe una extraordinaria noticia. Su marido tiene una plaza en una clínica en Madrid gracias a D. Francisco. Lo que no sabe es que su generosidad, tiene un precio muy alto.